miércoles, 6 de octubre de 2010

mi caleidoscópico e insignificante amor hacia ti
tu vida eterna en la orilla de aquel rio que no llegaba ni a tocar la punta de mis pies.
Eres tan ambivalente como mi yo más próximo a ti, como cualquier suceso fuera de nuestras manos, nuestro colchón o nuestras sábanas de seda.
mi ingeniudad tan divertida con tu mirada de descaro, los cigarros compartidos y las historias de miedo para no dormir.
aquella sábana que de un día a otro se convirtió en una tela cualquiera para tapar nuestras vergüenzas, la mia cuando me gritabas al oído, la tuya cuando mi ignorancia te pisaba las costillas, a veces me tapaba con ella,me escondía en lo más profundo de sus finas hebras y me chocaba contigo, luego volvía a sonreir.

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