el tiempo está pasando, y la materia estática, los valores matemáticos, las sustancias antideslizantes ahora corren por mi mesa a cámara rápida.
me doy cuenta de la inclinación de las horas, los minutos y ese jodido reloj de sonido apacible que esconde la fiera que va a atacar, en silencio.
y me acerco a los días o años de quietud, en los años de calma superficial y garganta muerta de gritar.
yo no puedo parar la máquina del mundo, pero puedo hacerla girar a mi baile
puedo hacerme, mientras tanto, un vestido con el eje de la tierra.
puedo tantas cosas, esta noche.
viernes, 26 de agosto de 2011
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