jueves, 16 de septiembre de 2010

espero en la misma estación de siempre, aquí todo sigue igual desde que yo tenía diecisiete años, las plantas siguen quemadas por culpa del sol o quizá por el cableado elétrico, otras sobreviven alrededor de la mala hierva, gracias a su fortaleza o la buena posición que le ha dado la suerte.En mi lado del banco, los ceniceros llenos de colillas y billetes partidos, enfrente las mismas caras de cansancio, todas ensimismadas, como si el tren que esperan nunca fuera a llegar, yo me mantengo al margen de todo esto, ya no pienso en comerme las uñas, yo hoy me bajo en una parada nueva, distinta al resto del mundo, al mio, he decidido dar un paso más allá de todo esto, estoy deseando que aparezca por aquí el tren y subirme corriendo, no voy a perder ni un segundo más, y menos sabiendo, ya, de ante mano, que mi parada de hacía años nunca me ha hecho ningún favor.
cuando llegue este tren que tanto tarda no voy a pensar por cual puerta entrar, he comprado el billete que me lleva en sentido opuesto a ti y va a hacerte desaparecer, contigo,yo, ese yo que tanto mal me ha hecho.
el tren acaba de parar enfrente de mi, voy a subir.

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